sábado, 8 de noviembre de 2008

Andrérs Calamaro: Maravilloso poeta del sonido

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viernes, 27 de junio de 2008

EJERCICIO


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viernes, 20 de junio de 2008

Una prueba con Naty

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viernes, 26 de octubre de 2007

A veces buena, a veces mala. Personalidad a la carta


Entre el conservadurismo solapado y una libidinosidad a raticos se debaten las costumbres paisas. "Café Bar Fulanito de Tal": O bar o café. ¿Cómo es la cosa?. El "café" remite a lo más ancestral, a esos lugares de las buenas gentes, de encuentro de los amigos con los amigos, de alta alcurnia. El "bar" insinúa unas prácticas más sórdidas, más licor, más desinhibición. Porque en el "café" se toma un cafecito; en el bar, por su parte, hay permiso para tomar y revolver todo cuánto se desee: aguardiente con ron, ron con cervecita, cervecita con cigarrillo, cigarrillo y todo lo demás con mujer ocasional a bordo. ¿O bar o café?, ¿o bar o restaurante?. En casos puntuales se le achaca la expresión a un tema económico: por la tardecita se venden almuerzos. Por la noche va y viene el licor. En la madrugada... sabrá Dios.

Entre la moral de antaño y el despojo de los juicios de valor, una doble mirada de lo cotidiano se percibe en los antioqueños. Muchos que respetan esas retrógradas costumbres de los abuelos de los abuelitos y otros muchos que ya no quieren respetar ni su sombra.

Un grupo de estudiantes quiere hacer una serie para net radio deminada por ellos "La voz de Eros: Sexo para escuchar". El nombre, tenebroso. Ahora, de entrada lo plantean como un espacio desinhibido, muy descriptivo y sin tapujos, donde no habrá lugar a juicios de valor. Suena bien. Empieza la encrucijada. Los temas que abordarán: prácticas sexuales no convencionales. Ajá. ¿Quién dijo que para una persona puede ser muy poco convencional ir a un bar swinger y probar cositas nuevas?, ¿Dónde dice que para el "Fulanito de Tal" (dueño del "café bar") no es lo más común y silvestre que lo amarren a una cama y lo exciten a punta de látigo. Ese puede, perfectamente, ser su pan de cada fin de semana.





Sigue el viacrucis: trastornos sexuales. Ajá. ¿Quién dice que la relación sexual con una burra es una desviación aterradora y no una cuestión de idiosincransia perfectamente natural?. Los juicios de valor ya vienen y van por doquier. Porque es más sencillo lanzar la crítica, señalar al "desviado", al "borracho", al "fumador", que dejar que cada uno circule libremente, haga y deshaga a su amaño. Eso que me decían en el colegio de que la "libertad llega hasta donde afectas al otro", eso es. Se me hace justo. Si me apetece que me venden los ojos y me dominen, pues problema mío, mientras no obligue a otro a que me vende los ojos contra su voluntad.

Eso es lo verraco. Cuando se pretende abordar la vida sin mieditos, sin bloqueos mentales heredados de los ancestros. Cuando justo se quiere abrir la mente, se atraviesan esas cotumbres de los arrieros, esas que dicen que todo se hace al derecho, linealmente, que las mujeres en la casa y los señores en los "cafés". Para mi, se es o no es. O se es de todo pero sin pretender mostrarse en semana muy bien puestecito para desbordar el cuerpo y la mente el fin de semana. Vivir es cuestión de método. Y el método paisa sigue siendo doble, conveniente. Cuando se tiene gripa no se puede fumar y qué tal le fumen a uno cerquita. Pero cuando pasa la gripa, se le fuma se le bebe y no se mira quién tiene gripa al lado. Doble, solapado accionar, donde la salida más fácil nunca será la comprensión o la no intromisión, sino el señalamiento indriscriminado y calceto.

viernes, 30 de marzo de 2007

Escondidita la realidad... reveladita la incompetencia

Colombia es un país ordinariamente imprudente, donde ni los representantes (quienes con mayor tino deberían aplicar la discreción) conocen lo acertado que puede ser hablar con sinceridad y vehemencia en los momentos, lugares y con las personas indicadas. Esta descarada costumbre la ponen en práctica todos los días desde asesores presidenciales, pasando por senadoras desubicadas, hasta celadores impertinentes y secretarias dueñas del poder oculto.

A la luz pública debía salir, desafortunadamente en simultánea con la visita de los reyes españoles y el desarrollo del Congreso de la Lengua Española en Medellín y Cartagena, la muerte por desnutrición de 48 niños en el Chocó. En el mismo contexto fueron desastrosas e inapropiadas las infundamentadas declaraciones del cuerdo canciller colombiano sobre el presidente Hugo Chávez y su relación con las FARC, ese si fue un desacierto que mucho daño le hace a la maltrecha imagen de este país; ese, entre otros es un muy buen ejemplo de “mal ejemplo” e indiscreción. De ahí a seguir tapando el sol con un dedo las situaciones de miseria y abandono que se registran en ese y todos los departamentos de este país, hay bastante trecho y ningún punto de comparación. Este tipo de negligencias y omisiones gubernamentales y estatales se tienen que denunciar cuando sea, donde sea, como sea.

No hay visita de reyes ibéricos, ni de multimillonarios informáticos, ni reinado de belleza, ni consejo comunal, nada, no hay ningún elemento que justifique la falta de denuncia de la realidad vergonzosa que nos toca, el hambre que miles de colombianos aguantan todos los días y desde hace tantísimo tiempo. Que se enteren en Nepal, en la conchinchina, en el palacio de los españoles reyes, que se den cuenta los catedráticos de la lengua española y hasta Gabo, el “quijote americano”, ese mismo que ni una libra de panela le ha dejado a su pueblo natal Aracataca.

De pronto a ellos, a los ilustres académicos, a los archimillonarios, a los respetados monarcas, se les ocurra alguna forma de contribuir con esta nefasta realidad, ya que nuestros ejemplares mandatarios andan tan ocupados con el protocolo. Mientras esta realidad nos sonroja, al excelentísimo anfitrión Álvaro Uribe, se le podrá iluminar su "cerebrito" con nuevas ideas que le permitan seguir “africanizando” esta Colombia, que cada vez tiene menos que envidiarle a Sierra Leona o Somalia.

miércoles, 24 de enero de 2007

La tarea

Yo tengo bastantes historias, entonces las voy a contar. Bastantes como todos, pero no todos las quieren contar. Yo si. Y las voy a contar escribiendo, porque escribir es una de las cosas que me deleita, como las películas, la salsa, mirar la luna pequeñita y las noches acompañadas de ron.

Y las voy a escribir porque me va mejor escribiendo que hablando. Me va mejor digo, no se si lo hago bien o lo hago mal, pero por lo menos me divierto haciéndolo. Hablando me complico, me enredo, no es la elocuencia uno de mis dones. Hablo, hablo, hablo y no paro; sólo paro cuando por fin me percato de la mirada perdida, y en algunos casos hasta enjuiciadora, de mi interlocutor. En ese momento ya no hablo y, eventualmente, me sale alguna frase torpe y mentirosa, algo así como: "Ya no hablo más". Por fortuna existen esas miradas, esas que me avisan que es hora de parar.

Mucha, mucha dificultad en esa tarea de hallar la claridad al hablar. Pues también al escribir, tal parece, pero no importa. No tiene ni la más mínima importancia, porque es que me entretengo escribiendo. Luego si alguien me lee y se pierde, pocas veces tengo la opción de ver su mirada perdida en mis confusos comentarios escritos. La elocuencia, un don soberbio. La escritura, un talento, y más allá, un posibilidad de delite. Así es... Así es para mi.

No me juzga el papel, tampoco el lapicero, ni el lápiz, ni el teclado. No me miran inquicidoramente, no se pierden al contacto con las ideas enredadas.


¿Lee Usted?. Eso. Ya me perdí.

Decía, entonces, que aquí voy a contar historias, a contar historias escribiendo porque me salen mejor que habladas. La tarea, con la claridad al hablar, la reprobé hace buen rato. La tarea, a continuación, es escribir historias.
Por eso y porque tantas historias tengo, aquí está el "Blog" de Notas.

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